A pesar de las condiciones climáticas adversas con un frío de -25 grados centígrados y en medio de una tormenta de nieve, 150 personas llegaron al funeral de un sobreviviente del Holocausto en Canadá al que ni siquiera conocían.
Eddie Ford era un sobreviviente del Holocausto de 90 años originario de Budapest, Hungría. A pesar de haber vivido la mayor parte de su vida alejado del judaísmo, algunos días antes de morir pidió al rabino de Toronto visitarlo en el hospital. Cuando llegó el rabino al departamento de oncología, Ford le solicitó que lo ayude para ser enterrado según el rito judío.
Cuando falleció Ford, el rabino publicó en su cuenta de Facebook un llamado a los judíos de la ciudad para que lleguen al entierro, pero no tenía grandes esperanzas.
“Atención a la comunidad judía de Toronto”, escribió el rabino Zale Newman. “Debemos tener minián (10 hombres judíos) presente para un sobreviviente del Holocausto que murió sin dejar parientes cercanos”, explicó y pidió a los lectores: “¿pueden acompañar mañana a un héroe del Holocausto en su última travesía?”.
Tras el funeral, Zale contó que tenía pocas esperanzas de que realmente llegaran las personas y que pensó que solo habrían 3 participantes: él, el hombre que sería enterrado y Dios. Sin embargo, cuando llegó al cementerio se llevó una gran sorpresa.
“Cuando llegué al cementerio con un frío de -27, no pude entrar por una larga fila de autos. Asumí que había otro funeral”, contó Newman. “Paré a la gente que estaba en el lugar y todos me decían que iban al funeral del Sr. Ford”.
“Estoy con lágrimas sólo de pensar en lo asombroso que es ser parte del pueblo judío que, con poco tiempo de aviso, dejaron todo, todas las cosas que tenían planificadas hacer, manejar una larga distancia, estar parados afuera en un campo abierto, super frío, en un día con mucho viento, para acompañar en su última travesía a un dulce y pequeño judío de Budapest que era un desconocido para casi todos ellos”, publicó el rabino en su Facebook.